sábado, 30 de agosto de 2014
Si no cambia, tienes que renunciar
Cuando reconoces que algo o alguien no va a cambiar, renunciar no significa perder, más bien es un acto de valentía donde reconoces que esa relación, anhelo o capricho no te conviene y lo dejas ir. Acepta que hay cosas en la vida que aunque ruegues, llores y patalees no se van dar, pero algo mejor se presentará. Deshazte de lo que no te beneficia para que puedas abrir espacio y recibir lo que realmente está para ti, sólo permite a tu alrededor aquello que trae paz, prosperidad y armonía.
El miedo es la principal razón que limita a muchas personas a tomar un riesgo. El terror a fracasar nos hace posponer decisiones, proyectos y sueños. Si has estado contemplando tomar una decisión trascendental, no esperes por la circunstancia perfecta, porque nunca llegará. Tus temores se encargarán de encontrar una buena justificación para quedarte cruzado de brazos y no hacer nada… Con voluntad y determinación una persona puede convertirse en presidente, atravesar los Alpes o lograr cualquier meta que se proponga. No dejes que el miedo te paralice, aunque no estés listo, ¡atrévete a dar el paso! (columna de Maria Marin)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario